Si con fe, pasión y amor, dejas que todo fluya, sin angustiarte, sin rencores o miedos podrás disfrutar plenamente.
El sufrimiento es un hecho estrictamente mental; es la interpretación que hace tu mente del dolor que se está padeciendo.
Nosotros debemos SER, para luego hacer y finalmente tener, no primero tener, para luego hacer y finalmente SER.
No tengas miedo a experimentar el dolor, ve más allá de él y te podrás dar cuenta que ese dolor es como un despertador.