Cada persona es un universo distinto y cada quien vive, experimenta y percibe su vida de una manera diferente. De igual forma, cada familia tiene sus propias reglas y su manera de mirar las cosas, las cuales están influenciadas directamente por las creencias que los padres tengan respecto a temas como son la religión y la educación, las cuales a su vez están influenciadas por la cultura, las costumbres y sus diferentes interpretaciones.
Para poder profundizar en el tema del alcoholismo y la drogadicción en adolescentes, y poder llegar al fondo de la problemática, debemos analizar el tipo de educación que le hemos dado a nuestros hijos. Hay muchas madres y padres desesperados, porque no saben cómo manejar estos temas con sus hijos, y consideran que es un problema netamente de los hijos, por lo que siempre buscan culpables como son el colegio, los amigos y la influencia externa, más no un problema de ellos. Por eso, mi recomendación antes de cualquier otra cosa, es que los padres hagan un alto en el camino y realicen un análisis en pareja de la manera como han educado a sus hijos, mirando si ha sido una educación en el amor, el diálogo, la apertura, el escuchar amorosa y abiertamente, o si ha sido una educación en el miedo, el autoritarismo, la comparación, la culpa, la manipulación y la extorsión emocional , ya que es allí donde muchas veces nacen los inconformismos de los hijos, que debido a su inmadurez y poca experiencia se ven acorralados, frustrados, llenos de miedo y angustia y buscan un escape o una salida, que muchas veces los llevan a tomar decisiones incorrectas, pero que en muchas ocasiones, son respuestas a las cosas con las que no están de acuerdo con sus padres.
Por eso, si sabes que tu hijo está metido en la droga, o sientes que él ha comenzado a cambiar su comportamiento usual volviéndose conflictivo, silencioso, desmejorando su apariencia física y tienes sospechas de que está comenzando a entrar en ese mundo oscuro de las drogas, te recomiendo lo siguiente:
1. No entres en pánico: Cuando actúas en el miedo, muy posiblemente vas a tomar represalias contra tu hijo, de las cuales te puedes arrepentir, porque en lugar de ayudar a que la situación mejore, probablemente lograrás alejar más a tu hijo. Respira profundo, piensa que es un obstáculo más en tu crecimiento y en el crecimiento de tu hijo, y comienza a realizar un plan de acción, no desde el miedo que involucra la crítica, el enjuiciamiento, la represión y el castigo, sino desde el amor que inspira, guía y le da a tu hijo las herramientas para que encuentre la solución y pueda resolver sus conflictos.
2. Abre tu mente: Debes abrir la mente y entender de una vez por todas que tu no tienes el poder de cambiar a tu hijo, y si arrancas con autoritarismo, miedo, exigencias o manipulacion, extorsionándolo, castigándolo y negándole el derecho a elegir y tomar sus propias decisones, lo único que vas a lograr es asustarlo, perder la confianza en ti y finalmente se aleje de ti y continúe buscando un escape en las drogas y en sus amigos drogadictos.
3. Revisa que tipo de padre has sido: Definitivamente en educación todo extremo es vicioso. Si has sido un padre completamente permisivo, y no le has enseñado a tu hijo a ser responsable con conciencia, puedes estar sintiendo que se te está saliendo de las manos y no sabes como corregirlo; pero si por el contrario, eres un padre completamente autoritario y siempre has querido que tu hijo sea una fiel copia tuya, no le has dado el poder de la elección y no le has enseñado a tomar sus propias decisiones, puedes estar sintiendo que lo estás perdiendo y que no sabes como recuperarlo. Debes volver a lo básico, retornar al comienzo; dile a tu hijo que se den una nueva oportunidad, aprende a pedir perdón si crees que te has equivocado o la has irrespetado y revisa detenidamente qué creencias tienes y cuales han estado basadas probablemente en el miedo de perder a tu hijo, de que algo malo le suceda, de que no sea una buena persona, de que cometa errores que le vayan a doler, etc.
4. Entiende el comportamiento de las personas adictas: Una persona drogadicta siempre busca culpables y siempre negará que tiene un problema. Es experto en manipular y sabe que con el sufrimiento de los padres y de sus seres queridos los puede extorsionar emocionalmente. El amenaza, impone y busca formas a través de la lástima, la violencia, la manipulación, la culpa y el miedo para conseguir lo que quiere.
5. Escucha en silencio a tu hijo: Si aún tienes forma de comunicarte con tu hijo, busca un espacio sagrado, donde sin celular, sin televisión, sin ningun tipo de distracción, te sientes a escuchar atentamente a tu hijo, con la mente totalmente abierta, simplemente escuchando en silencio, sin cuestionar, sin juzgarlo, ni amederentarlo, ni criticarlo, dejando de lado tus miedos, prejuicios y críticas. Esto lo inspirará a reflexionar y a hablar sin atacarte.
6. Entiende que tu hijo no sabe como manejar sus emociones y está lleno de miedo: Para poder llegar a tener una sanación real desde el interior, tu hijo debe aprender a identificar aquellos pensamientos, emociones y sentimientos que lo han llevado a refugiarse en la droga, porque mientras él no identifique que miedos tiene, no podrá salir de ese círculo vicioso.
7. Inspira a tu hijo: Cuando hablo de inspirar a tu hijo, quiero dar a entender que respetes los sueños de tu hijo y que lo guíes para que los pueda descubrir, en caso de que no los tenga claros; inspíralo a que encuentre sus dones y cualidades naturales y el amor en lo que hace; enséñalo a que rompa la rutina y realice ejercicio físico diario, apoyándolo en el deporte que le guste, ya que el deporte ayuda a prevenir el uso de drogas; ayúdalo a que tenga su propia territorialidad, es decir respeta su propio espacio; deja que sea auténtico, respetando su individualidad y creatividad y guíalo para que tenga confianza en sí mismo y no se sacrifique y deje de ser lo que es por complacer a los demás, ya que esto le ayudará a no buscar la aprobación de su grupo social y lo alejará de los vicios.
8. Aprende a decir no: Por más dolor que te cause, por más miedo que sientas de perder a tu hijo, si tu hijo se vuelve inmanejable y la situación se está convirtiéndo en un problema muy serio que afecta a toda la familia, debes poner límites ante las amenazas de tu hijo y dejar que toque fondo. Muchas personas cuando pierden todo lo que tienen y se sienten solos, ya que no pueden manipular ni extorsionar a sus seres queridos y por su inconsciencia y la pérdida de su fuerza de voluntad ven que el mundo en que vivían se derrumba a sus pies, y en ese momento despiertan, y están dispuestos a un cambio real. Él debe vivir el camino que escogió, no te sientas culpable, ni sientas miedo; entiende que todo es como debe ser. Tu puedes inspirar, guiar y darle luz a tu hijo, brindándole una oportunidad para que cambie y salga de donde está, pero si él no quiere recibir esa luz, tu no puedes hacer nada. Pero si tu de manera insistente, autoritaria o violentamente quieres que él cambie, entonces lo encandilas, lo molestas y él en lugar de salir de allí, se va a refugiar en su oscuridad, en su infierno. Nunca podrás obligar a nadie a cambiar; las personas solamente cambian cuando realmente quieren hacerlo.
Por eso, tu debes ser guía amorosa que escucha atenta y conscientemente en silencio, sin gritos, ni angustia y a través del silencio y esa escucha, podrás descender al corazón de ese ser querido y podrás inspirarlo y darle las herramientas y ayudas necesarias para que vuelva al camino correcto.
He visto en estos casi cuarenta años que llevo trabajando con miles de adictos, que la única salida que existe es una solución espiritual simple, es un despertar de conciencia mucho más profundo que la actitud mental, el positivismo o el optimismo. Por eso hay que llevar a que ese ser querido haga ese Click, que lo quiera hacer cambiar desde adentro y eso lo lograrás solamente a través del amor, nunca a través del miedo.