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29 Enero 2019

En un pueblo lejano


En un pueblo lejano, la aridez de la tierra y el extenso verano estaban afectando la cosecha de los sembradores, de manera que la desesperación y la impotencia ante el clima, llevó a sus habitantes a acudir ante el párroco para pedirle que con sus oraciones intercediera ante Dios para que la lluvia llegara.

El sacerdote les dijo que deberían orar y tener fe para que su deseo  se cumpliera, y en muy pocos días la lluvia llegaría y refrescaría sus cultivos.

Al cabo de un mes, los habitantes del pueblo, muy intranquilos, acudieron nuevamente a la iglesia en vista de que el verano y la sequía continuaban. Sin embargo, el sacerdote respondió tranquilamente a sus quejas con la misma recomendación de tener mucha fe.

La situación se repitió por varios meses y la sequía implacable destruía todos los cultivos, por lo que las personas desesperadas se unieron para protestar frente a la iglesia por el engaño del párroco. Éste, al ver la furia y la violencia de sus paisanos, les dijo: “Cálmense. Yo les pedí a ustedes que oraran y tuvieran mucha fe y ustedes no la han tenido”. Las personas conmocionadas alegaban a gritos que ellos sí tenían fe, pero el sacerdote les respondió: “Ustedes no tienen fe y se los probaré:  levante la mano aquel que haya traído hoy aquí su sombrilla para protegerse de la lluvia”.

Así como las personas de esta historia, nosotros debemos llenar nuestro corazón de fe, pasión y amor, teniendo en cuenta que lo importante no es “ver para creer” como nos han enseñado a lo largo de nuestra vida, sino “creer para ver”. Además, debemos entender que cuando concentramos toda la energía en lo que vamos a lograr y en un plan de acción inmediato, para materializar esas metas y sueños, instantáneamente todo empieza a cristalizarse. Cuando crees con fe que vas a lograr una cosa y actúas conscientemente para obtenerla, las cosas se logran, pero si crees que no la vas a conseguir, también tienes toda la razón, no lo lograrás.

Por eso, que en este nuevo año, tu propósito sea darle un nuevo aire a tu vida. Mucho más que ambición y buscar el tener, debes darle sentido a tu vida a través de dar lo mejor que está en tu corazón, sin esperar recibir nada a cambio, a tantos que lo necesitan. Si con fe, pasión y amor, dejas que todo fluya, sin angustiarte, sin rencores o miedos podrás disfrutar plenamente.

Por eso, a partir de ahora, comienza a crear tu propia realidad. Visualiza, imagina aquello que deseas como si ya lo hubieras conseguido, ya que al hacer esto, creas tu propia realidad. Tu mente, gracias a la imaginación creativa, hace que esa experiencia que imaginas la sientas como si fuera real, y así poco a poco vas atrayendo y materializando a tu vida todos tus sueños.

Por último recuerda: ¿De qué te sirve todo el poder y el dinero del mundo, si no tienes con quien compartirlos?