¿Te has preguntado alguna vez, qué es lo que más te hace sufrir, o qué es lo que no te deja disfrutar tu vida a plenitud ? Cuando te sientas en silencio y miras hacia tu interior, podrás ver que detrás de todo esto está camuflado sutilmente el miedo, ya que nos han enseñado y programado a sacrificarnos y a dejar de SER lo que somos, por complacer a los demás. Cuando te sacrificas y dejas de Ser lo que eres, por complacer o impresionar a otros, encuentras el camino del sufrimiento, lo que te puede llevar fácilmente a la frustración o una depresión bien salvaje.
Aprovecha esta época de reflexión, para en silencio auto observarte y cuestionarte acerca de: ¿Por qué será que existe ese gran vacío interior? ¿Qué es lo que nos impide disfrutar plenamente del momento presente? ¿Qué nos lleva a sentirnos tristes, cansados o aburridos y en una ansiedad insaciable, que no sabemos cómo manejar? ¿Por qué tenemos ese afán de crecer, tener y atesorar rápidamente, para que cuando quizás tengamos grandes riquezas, nos demos cuenta lamentablemente que hemos desperdiciado nuestro tiempo, energía y vida, y por ende afectado nuestra salud? Entonces, ¿De qué nos sirve realmente tener todo el dinero del mundo, si no tenemos con quien compartirlo? ¿De qué nos sirve hoy, lamentarnos por el tiempo perdido y añorar inconscientemente volver a ser niños otra vez, si ese tiempo ya pasó y no regresará?
Todo esto nos sucede, porque estamos programados a vivir permanentemente rumiando pasado o preocupados y llenos de miedo de un futuro que no existe, que es irreal, lo que nos causa una gran ansiedad permanente, llevándonos a vivir una vida llena de ambiciones sin significado, ni trascendencia, ya que el miedo nubla el entendimiento y bloquea la razón. Por eso mismo, muchas veces terminamos haciendo lo que no queríamos hacer y diciendo lo que no queríamos decir.
Cuando en ese afán desmesurado de tener te olvidas de Ser, tu vida deja de tener un sentido verdadero y surge el vacío, el miedo, la ansiedad y el sufrimiento. Por eso, desde hoy debes comenzar a sacar un tiempo sagrado para estar diariamente en contacto con la naturaleza, haciendo ejercicio físico o algún tipo de deporte, compartiendo y sirviendo incondicionalmente con los demás, recordando sin dolor ni rencor, amando libremente, sin exigencias ni cadenas y ante todo explorando, innovando, utilizando el poder de la imaginación y la creatividad para darle un nuevo aire a tu vida.