En nuestra sociedad machista donde el hombre ha jugado a la doble moral, él se ha apoderado absolutamente de toda la libertad para sí mismo y la defiende ferozmente, pero para la mujer, las cosas son diferentes, porque el hombre quiere que ella sea sumisa, obediente, casera y entregada a los deseos del hombre. Si por algún motivo la mujer falla, es vista con unos ojos castigadores y despreciativos, no sólo por el hombre, sino por toda la sociedad. Pero en cambio, si el hombre es quien falla y tiene alguna aventura, se limitan a decir que así son los hombres, por lo que no está mal visto por la sociedad.
He notado como miles de mujeres buscan infructuosamente saciar ese vacío interior que esta situación les causa, con el bullicio y las cosas materiales del exterior, por lo que muchas de ellas sienten la necesidad angustiante de tener siempre a su hombre a su lado, ya que el miedo a estar solas no las deja disfrutar de la belleza exótica que tiene la soledad. Por este mismo miedo tratan por todos los medios de poseer, manipular, controlar, espiar o invadir la privacidad de su pareja, lo que le causa un desgaste emocional a esta relación. Esto es lo peor que puedes hacer en una relacion, ya que reduces y bajas el amor de tu vida, de un nivel espiritual a un nivel material, como si fuera una cosa, y eso es exactamente lo que hacen la posesión y el apego. Recuerda que lo único que puedes poseer es una cosa, no a un ser humano, y cuando tratas de aferrarte a alguien, ya no fluirás libremente y ya no podrás compartir tu amor en libertad, ni tu belleza interior que emana de tu corazón, ni tu cuerpo danzando la danza de la vida, porque en una situación así, lo único que consigues es que la otra persona busque por todos los medios como escapar de ti, rechazarte o cambiarte por otra persona.
Creo que unos de los flagelos que mas tortura y de lo que la mujer quisiera deshacerse es el fantasma del miedo que desencadena en unos celos pasionales e irracionales.
Es una creencia con una idea equivocada, que te lleva desde el umbral de la pasión y te arrastra al de la desesperación y el sufrimiento. Ahí es cuando te sacrificas y dejas de ser lo que eres para complacer a la causa central de tu miedo.
Entonces para amar en libertad debes: