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24 Mayo 2018

Los miedos se enmascaran de envidia


Generalmente vivimos nuestras vidas encadenados a nuestras envidias, egoísmos, manipulaciones y frustraciones, y de alguna manera se las vamos transmitiendo también a nuestros hijos, sin darnos cuenta de lo dañino que es para nuestra vida vibrar en esas frecuencias negativas.

Estas creencias (por el hecho de ser creencias no quiere decir que sean verdad), en la mayoría de los casos, hacen que suframos, pero nosotros creemos que eso es parte de la vida misma, sin saber, que existe otra forma en que podemos comenzar a ver las cosas, y así dejar de lado aquello que nos causa angustia, tristeza y dolor. Si deseas cambiar, y dejar atrás todo aquello que te causa sufrimiento en las relaciones que tienes con tus compañeros de trabajo, con tus familiares o amigos, te propongo que en silencio y con total honestidad contigo mismo, te observes desde dos posiciones perceptuales diferentes:

  • ¿Eres de los que continuamente juzgas, criticas, enjuicias y sientes envidia inconscientemente por lo que hacen los demás?
  • ¿Te importa demasiado lo que los demás piensan y dicen de ti, por lo que siempre buscas la aprobación y el reconocimiento de ellos?  

Cualquiera de estas dos posiciones que adoptes son las que te generan ansiedad y angustia. 

Te propongo entonces, que contestes las siguientes preguntas, ya que solo auto observándote podrás liberarte del sufrimiento:

  • ¿Cuantas veces al día juzgas, criticas o te quejas de lo que sucede alrededor?
  • ¿Ante que situaciones y por que razones, sientes envidia de otras personas, y como es tu reacción ante esto?
  • ¿Es importante para ti ser la número uno o el centro de atención?
  • ¿Te estás comparando con los demás permanentemente?
  • ¿Sientes deseos de vengarte, criticar o hacer daño a quien habla mal de ti?

Desde hoy, cuando te encuentres ante situaciones que puedan propiciar chismes, juicios o críticas, detente, reflexiona y pasa tu conducta por tres filtros:

  • Pregunta si es verdad y hay constancia de ello.
  • Pregunta a continuación si el tema a tratar te va a dar paz interior, tranquilidad, y no te va a generar temor, prevención o desasosiego.
  • Por último, pregunta si el comentario te va a animar y hacer sentir feliz.

Después de pasar la situación por los tres filtros, si una o varias respuestas son negativas, no abordes el tema.