Cuando tenemos un problema, muchas veces nos llenamos de miedo, reaccionamos intempestivamente, se nos nubla el entendimiento y se nos bloquea la razón, y en un instante sentimos que eso que sucede es tan grave que no tiene ningún tipo de solución.
Una de las herramientas más poderosa que existen para manejar los problemas, la experimenté cuando hice el ascenso al monasterio en el Tibet hace algunos años, donde realicé un ayuno durante 40 días y 40 noches, sin comida, en silencio y tomando únicamente agua y orines. Cada día que pasaba, vivía experiencias sorprendentes que me dejaban una gran enseñanza, como es la de que tenemos que aprender a reírnos de nosotros mismos.
Aún recuerdo una mañana en el monasterio, cuando a las 4am escuché que uno de los monjes estaba riéndose estruendosamente, emitiendo unas carcajadas que resonaban por todo el lugar. Con gran curiosidad, fui a ver de dónde venía esa risa, y encontré al monje en su cuarto, con una vela encendida, mirando hacia arriba y riéndose sin ningún motivo aparente. Inmediatamente lo que se me vino a la cabeza, fue: “Hummm, este si está más loco que yo. ¿A las 4 am riéndose de esa manera, sin ninguna razón?” Y no había terminado de pensar eso, cuando otros monjes también comenzaron a reírse fuertemente. Sin entender lo que estaba pasando, por un momento pensé que se estaban burlando de mi, y como yo estaba en ayuno y en silencio no podía preguntar lo que estaba sucediendo. Unos días después entendí, que eso es un ritual sagrado que ellos hacen para liberar endorfinas, lo que hace que desparezca el estress y se fortalezca el sistema inmunológico.
La risa es la sensación y la experiencia más sagrada, porque es la conexión mágica de tu mente con tu cuerpo y tu espíritu, que te relaja, libera, purifica, rejuvenece, sana, te revitaliza y te sientes una alegría desbordante, hasta llevarte a un estado de integración total con tu centro, con tu SER. Es en este instante donde tu mente se aquieta y experimentas esa sensación natural y exótica de no mente, que es el objetivo final de la meditación. En ese momento, tu imaginación y tu creatividad te propulsarán a buscar la solución al obstáculo o al bloqueo emocional que te está perturbando.
La próxima vez que tengas un problema, antes de reaccionar intempestivamente, inhala profundo por la nariz, contrae el vientre lo máximo que puedas y guarda el aire por unos 5 segundos, dibuja una sonrisa en tus labios y al momento de exhalar, mira hacia arriba y emite una fuerte carcajada sonora desde tu vientre y sostenla por el máximo tiempo que puedas. Haz este ejercicio 7 veces seguidas y después en silencio, observa el problema desde una posición perceptual diferente, como si estuviera en una pantalla de televisión y le estuviera sucediendo a otra persona, y utiliza el poder de tu imaginación y creatividad para salir de la situación en la que estás, eligiendo desde el amor y nunca desde el miedo.
Cuando te tomas la vida tan en serio, dejas realmente de vivirla y por más prevenciones, por más que te cuides y no te arriesgues, la única verdad absoluta es que de esta vida no vas a salir vivo. Elige entonces, vivir tu vida de una forma placentera donde la risa aparezca como un rayo de luz, en tus momentos más oscuros.