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25 Abril 2019

Amar en libertad


Una pareja de indios que se amaban locamente y tenían mucho miedo de perder ese amor, fueron a donde el hechicero de la tribu para que les preparara un bebedizo mágico, para asegurarse de que ese amor fuera eterno. El chaman les dijo: “Les puedo preparar esa pócima, pero antes cada uno debe ir sólo a cazar, sin hacerles daño a un halcón  y a un águila real y traerlas vivas.  La india deberá traer el halcón y el fuerte joven el águila real”. A la semana los dos jóvenes regresaron, creyendo que esas preciosas aves que habían cazado iban a ser sacrificadas para extraer su sangre y preparar el antídoto mágico, pero para sorpresa de ellos, el anciano al verlos  les dijo: “Amárrenlas una a la pata de la otra con ese lazo de cuero y  suéltenlas. La pareja de enamorados le hicieron caso al hechicero y amarraron a las aves y después las soltaron. En medio de la polvareda que hicieron las dos aves, tratando de levantar vuelo, cayeron varias veces al piso y desesperadas por no poder volar libremente, arremetieron violentamente entre ellas a picotazos, lastimándose y haciéndose mucho daño mutuamente. Después de que ellos, aterrados vieron lo que sucedió, el hechicero les dijo: “En el amor no se puede tener al otro amarrado, porque terminarán al igual que estas aves; por eso, no se arrastren por el piso, abran sus alas y vuelen juntos en algunas partes del camino, pero libres como el viento”. 

No hay nada mas frustrante y opuesto al amor, que el miedo implacable que invade, destruye y nos roba la paz interior. Es precisamente ese miedo latente al fracaso,  a sentirse rechazado o no querido, el que lleva a muchas personas a estados deplorables de mendicidad, haciendo que se arrastren ante el otro, pidiendo a gritos, suplicando o clamando insistentemente un poco de amor. Cuando esto sucede, aquella relación se convierte en un infierno viviente, ya que esa extorsión y manipulación vienen del miedo, no del amor y hace que esa persona termine haciendo cosas que nunca quiso hacer ni decir.

Muchas veces existe tanto miedo a elegir levantar la cabeza y retirarse dignamente de ese campo de batalla, en el que reinan la indiferencia y el desamor, que se prefiere continuar soportando la situación, llegando a un desgaste emocional inmenso, cuando el otro movido por la culpa y la lástima, sintiéndose extorsionado, empieza a tratar de salir de allí sin ocasionar tanto daño y sufrimiento, llevándolo a jugar ese tire y afloje compulsivo que no hace nada bien.

Por eso, rompe la rutina que mata al amor y convierte tu vida en una monotonía que te quita tu espontaneidad, la capacidad de crear y disfrutar nuevas situaciones, robándote la alegría y el poder de elegir con libertad lo que quieres para tu vida. Por eso, disfruta de la belleza natural y exótica de la soledad y no te apegues a nada ni a nadie!